Noticias

Ya Bob Dylan nos hablaba en su discurso del Premio Nobel respecto a la importancia que los clásicos habían tenido en su formación como músico. Ciertamente no sólo en el campo de la música popular la palabra ha tenido una presencia indiscutida como elemento central del discurso musical: basta mirar la historia de la ópera, de los oratorios y de otros géneros vecinos. Entre nosotros tenemos cantautores cuyas letras son poemas de alto vuelo; pienso sobre todo en Violeta Parra. Acercar la literatura desde la música puede ser un ejercicio extraordinariamente estimulante para los alumnos, ya que permite realzar la dimensión sonora y rítmica del lenguaje. Se pueden desarrollar ejercicios escriturales mientras se escucha una obra determinada; también es posible invitarlos a escribir o reescribir canciones cuyas temáticas sientan cercanas. Hay obras, como Pedrito y el Lobo de Prokofiev, donde el desarrollo de una historia va ligado al entramado de los motivos musicales y el sonido de los instrumentos.  Géneros urbanos como el Rap trabajan la poesía con un rigor prosódico increíble. Es, en suma, toda una línea que nos acerca a la palabra de manera lúdica y versátil, generando además un diálogo valioso entre formas artísticas que tienen mucho que decirse. 
 
Armando Roa Vial