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Es la séptima edición del Programa “Somos Tutoría Maipo” realizado por Cemaipo con el apoyo de la Fundación Irarrázaval, donde estudiantes de cuarto medio reciben orientación en su proceso de discernimiento de plan vocacional, a través de tutorías presenciales y salidas a terreno a empresas e instituciones de educación superior.  
 
Este programa busca generar un espacio de encuentro entre profesionales y estudiantes de cuarto medio, donde a través del acompañamiento los jóvenes reciben orientación que les ayuda a vislumbrar su vocación, comenta Bárbara Miranda, coordinadora del Programa “Somos Tutoría Maipo”. 

Este año, 50 tutores, acompañaron a 57 estudiantes de Buin y Paine en su proceso de orientación vocacional a través de siete instancias: seis sesiones presenciales de tutoría, donde tutores y tutorados se reúnen mensualmente en los liceos participantes; y una séptima sesión que corresponde a una salida vocacional, ya sea a universidades, institutos o empresas de diversas áreas —como construcción, ingeniería, salud y minería—, que permitieron a los jóvenes conocer de cerca distintos caminos formativos y laborales.  

“El proceso busca que los estudiantes definan su plan vocacional, ya sea orientado a la educación superior o al mundo laboral, a partir del autoconocimiento y la exploración de sus propias habilidades, qué es lo que les gusta, en qué se proyectan”, explica Bárbara.   

En esta edición, postularon 114 jóvenes al programa, a través de una convocatoria abierta a los cuartos medios de siete liceos de Buin y Paine. Después de un proceso de selección, fueron 62 los estudiantes beneficiados, de los cuales 57 finalizaron el programa. 

Los liceos participantes este año fueron: Liceo María Carvajal Fuenzalida, Liceo Bicentenario Enrique Bernstein, Liceo Polivalente Los Guindos, Liceo Francisco Javier Krugger, Liceo Cardenal Caro, Liceo Bicentenario Técnico Profesional de Buin y Liceo Gregorio Morales Miranda. 

En esta versión del Programa se potenciaron las salidas a terrenos de las duplas tutor-tutorado: “son experiencias super enriquecedoras”, señala la coordinadora del Programa, ya que conocen empresas, sus respectivas culturas laborales y también universidades, sus carreras y mallas académicas. “Es un aporte en términos vocacionales enorme, ya sea para reafirmar la decisión vocacional o darse cuenta, en definitiva, que no era el camino”, añade Bárbara.  

José Garrido, estudiante del liceo Francisco Javier Krugger, fue uno de los tutorados: "Mi motivación a postular a las tutorías fueron las ganas de querer seguir construyendo un futuro para mí, seguir proyectándome y a medida que pasaba el tiempo, con cada sesión, me iba generando un vínculo más grande con mi tutor e iba conociéndome más a mí mismo", cuenta.  

La coordinadora del programa destaca que se realizaron 361 horas de tutoría de abril a noviembre, más los hitos de lanzamiento y cierre del programa, sumando más de 380 horas. Finalmente, luego de este tiempo de acompañamiento, como afirma Bárbara, “los tutorados pueden saber qué les gusta, cuáles son sus talentos y cuáles son sus intereses, para poder tomar una decisión vocacional y sobre todo saber de manera informada lo que van a hacer para su futuro”.