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En este espacio, realizado con apoyo de la Fundación Irarrázaval, los estudiantes pueden desarrollar y potenciar sus habilidades técnicas y creativas.

El FABLAB es un laboratorio de fabricación digital que ofrece a los estudiantes de este establecimiento, ubicado en la comuna de San Joaquín en la Región Metropolitana, un espacio para diseñar, prototipar y fabricar objetos y productos.

En el Liceo Bicentenario Politécnico San Joaquín, ubicado en dicha comuna, en la región Metropolitana, se inauguró el pasado miércoles 24 de abril su

La idea surgió en 2019 cuando el colegio se transformó en Liceo Bicentenario y empezó a trabajar con el Modelo Pionero, una iniciativa de Anglo American que busca potenciar la innovación en establecimientos técnico-profesionales.  “Pensamos en un espacio donde exista maquinaria, tecnología, mobiliario flexible, dinámico, donde los estudiantes puedan desarrollar diversos proyectos”, cuenta el director, Manuel Olave.

De esta manera, con el aporte de la Fundación Irarrázaval, más el de Modelo Pionero y del propio Liceo se logró crear el FABLAB. “Para el proyecto, la Fundación Irarrázaval ha sido tremendamente importante, (...) indudablemente que se transforma en un agente sumamente importante para que estos sueños o estas visiones se transformen en realidades, en hechos concretos”, afirma el director.

“Nos encanta recibir desde los colegios proyectos innovadores que busquen transformar a los estudiantes en el protagonista de sus aprendizajes. Esperamos que este FABLAB les permita desplegar al máximo su potencial educativo”, expresa León Urruticoechea, director de Gestión en Educación de Fundación Irarrázaval.

El FABLAB tiene un enfoque educativo integral, donde los alumnos puedan desarrollar habilidades técnicas y creativas, como el trabajo en equipo, la resolución de problema y el pensamiento crítico. Está equipado con cortadora láser, routers CNC, impresora 3D de filamento y resina, lentes de realidad virtual y también cuenta con una sala cowork.

Manuel Olave asegura que “el objetivo es que nuestros estudiantes se puedan transformar en un referente para lograr cambiar esta sociedad”, a través de la detección de necesidades de la comunidad y la ideación de soluciones. En este nuevo espacio podrán: idear un prototipo y diseñar productos o servicios.

Respecto al impacto de este proyecto en los estudiantes, el director revela que es “muy positivo”, porque además de fomentar la creatividad e innovación con el acceso a las tecnologías, estimula el emprendimiento. “Que sus ideas se puedan concretar y finalmente desarrollar”, indica Olave. Preparar a los alumnos para el mundo laboral y también generarles una visión clara de hacia dónde dirigir sus estudios superiores es otro objetivo del proyecto.

Por último, respecto a los impactos para el Liceo, el director espera transformarse en un referente. “Atraer más matrícula, atraer estudiantes que estén interesados en las tecnologías y la innovación”, concluye el director.