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Gracias a un proyecto realizado con el apoyo de Fundación Irarrázaval, los estudiantes de Construcciones Metálicas del Colegio Marcelino Champagnat de La Pintana se han capacitado en temas de seguridad y han recibido equipos de protección.

“La seguridad es un tema crucial para cualquier establecimiento educativo”, afirma Erik Silva, director de la sección de enseñanza media técnico profesional del Colegio Marista Marcelino Champagnat, ubicado en La Pintana, región Metropolitana y aún es mucho más relevante en lugares como el taller de Construcciones Metálicas, añade el profesor y esto por varias razones: “para proteger vidas, cumplir con regulaciones legales, prevenir riesgos y accidentes, asumir responsabilidades institucionales y promover una cultura del autocuidado, prevención y seguridad”.  

Justamente con el fin de promover la seguridad en el establecimiento, desarrollaron el proyecto “Mi seguridad ante todo" el cual fue apoyado por la Fundación Irarrázaval. “Una iniciativa que promueve la conciencia y práctica de la seguridad entre los estudiantes de tercero medio, con proyecciones a cuarto medio”, explica Silva y la posiciona como prioridad para colegio.  

“Para aprender se necesitan condiciones adecuadas y la seguridad es, sin duda, un gran desafío para los establecimientos técnicos profesionales, ya que muchos cuentan con talleres donde se realizan actividades riesgosas por naturaleza. Sin embargo, con información, buenas prácticas, la utilización de elementos de protección personal, entre otras variables, los riesgos son mínimos”, asegura León Urruticoechea, director de Gestión en Educación de Fundación Irarrázaval sobre el apoyo a esta iniciativa.  

Mi seguridad, ante todo 

El proyecto aborda de distintas maneras la promoción de la seguridad: a través de “sesiones de sensibilización”, es decir, “charlas para concienciar a los estudiantes sobre la importancia de la seguridad personal en entornos laborales o de estudio que puedan presentar riesgos”, como explica Erick Silva.  

También se proporcionaron equipos de protección personal a los estudiantes: zapatos de seguridad, gafas protectoras, guantes de cabritilla y para soldar, protectores auditivos, entre otros. “Cada estudiante se hace responsable de su material que tienen que mantener y conservar hasta terminan su práctica profesional”, enfatiza el docente.  

Además, los estudiantes se capacitan en el uso y mantenimiento de sus Elementos de Protección Personal (EPP) y se busca que adquieran el hábito de practicar medidas de seguridad en todo momento, como el uso adecuado de herramientas, la identificación y prevención de riesgos, y la adopción de comportamientos seguros. 

“Esta actividad no solo se trata de proporcionar equipos de protección, sino también de educar a los estudiantes sobre la importancia de su seguridad y de cultivar una cultura de seguridad en el entorno educativo”, afirma Erik Silva quien añade que los estudiantes lo valoran, agradecen y “sienten que el colegio se preocupa de ellos”.  

El profesor agradece el apoyo de la Fundación Irarrázaval para poder llevar a cabo este y otros proyectos: “Gracias a su apoyo financiero, asesoramiento especializado y red de colaboradores, hemos podido fortalecer nuestros programas educativos, mejorar la calidad de la enseñanza y proporcionar oportunidades de aprendizaje significativas para nuestros estudiantes”, afirma y concluye: “Su confianza en nuestra institución, que imparte formación técnica, nos motiva a seguir trabajando con dedicación y compromiso para alcanzar nuestros objetivos y contribuir al desarrollo integral de las personas a las que servimos”.