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Con el fin de fortalecer los conocimientos sobre la nueva normativa de evaluación del Decreto 67, la Fundación Irarrázaval, con la colaboración de Fundación Impulso Docente realizó un taller formativo para docentes y directivos de la RED.

El año 2020, entró en vigencia el Decreto 67, el cual introduce nuevas formas de evaluar que permitan diagnosticar y monitorear el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes. Por otra parte, pone a los estudiantes como protagonistas del aprendizaje.  

El Taller: “Estrategias para la Evaluación Formativa” fue realizado de manera online los días 30 y 31 de mayo y fue liderado por Constanza Osorio, jefa de Programas de Impulso Docente. En la actividad participaron cerca de 80 educadores de la RED Irarrázaval.

“Hemos querido profundizar en la capacitación de los docentes y directivos de la RED Irarrázaval en este tema tan importante que es la evaluación, para así lograr, de la mejor manera, que los alumnos y estudiantes adquieran los aprendizajes esperados”, afirma León Urruticoechea, director de Gestión en Educación de la Fundación Irarrázaval.

La primera sesión tuvo como objetivo reconocer y valorar la importancia de la Evaluación Formativa. Se realizó un repaso de lo normativo y de algunas aplicaciones de esta nueva forma de evaluación. En la segunda, se identificaron las estrategias que favorecen la retroalimentación en el aula beneficiando la enseñanza y el aprendizaje. Las estrategias entregadas han sido probadas en contexto virtuales y presenciales, tanto en clases sincrónicas como asincrónicas en algunos colegios.

Constanza Osorio ve en esta nueva forma de evaluar un beneficio que incide directamente en la toma de decisiones, ya que se pueden hacer de forma oportuna y con un contexto más identificado. “Esto nos permite comprender que la enseñanza no es un proceso rígido, sino que se fortalece con la participación de todos los actores en el aula. El monitoreo constante nos permite reconocer los errores que ocurren en el camino hacia el logro de los objetivos, comprendiendo así que nuestras salas de clases son espacios seguros para equivocarse y, desde ahí, avanzar hacia las metas propuestas, transmitiéndoles de esta forma confianza a los y las estudiantes y haciéndolos partícipes de su proceso de aprender”.

La relatora del taller cree que es fundamental que los docentes generen espacios de reflexión donde se tomen decisiones pedagógicas sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje, ajustando las estrategias, metodologías y contenidos para impulsar los aprendizajes y entregar retroalimentaciones que sean pertinentes y desafiantes.