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Se trata de Luis Cerpa, quien fue ordenado en julio de este año. Luis, estudió desde kínder hasta IV Medio en este establecimiento y egresó como Técnico Profesional de nivel medio en Servicios de Alimentación Colectiva. Conversamos con él sobre su vocación y de los principales desafíos de la formación cristiana en adolescentes.

El Colegio, un pilar en su vocación

“El Colegio marcó mucho mi vocación, también lo hizo nuestro santo fundador, el Padre Piamarta, quien supo siempre estar ahí, aprendí de él”, señala Luis, quien actualmente trabaja en el mismo colegio en la ciudad de Talca.  

Luis relata que descubrió su vocación durante sus años de escolar, a través de la oración de la mañana y la misa una vez al mes, y también porque su familia es católica, de misa dominical. “Pero específicamente, me atrevería a decir que también la descubrí por medio de la oración, por medio de este encuentro personal con Jesucristo que fui desarrollando, de la eucaristía, de los encuentros juveniles y también de aquello tan esencial que a mí personalmente me gusta, que es por medio de los liderazgos”, cuenta.

Los jóvenes, su principal desafío

Sobre los desafíos actuales de la educación cristiana, Luis indica la formación de los adolescentes como uno de los principales retos, aunque está convencido de que se puede lograr a través de la escucha activa y del acompañamiento.  Asimismo, reconoce que hoy muchos jóvenes no son católicos, y creen en otras religiones o simplemente no creen en Dios.  “Presentarles a Dios es un desafío muy grande, pero me atrevo a decir que para presentar a Dios también hay que hacerlo con el testimonio, con nuestra compañía, con nuestra forma de ser y trato de hacerlo todos los días en la escuela”, explica.

El 16 de julio, tras ordenarse diácono, Luis dio las gracias y envío un mensaje a los jóvenes: “Dejarse acompañar, dejarse escuchar”. “Los cabros sufren, sin duda. Nuestro Colegio tiene un 90% de vulnerabilidad y la pasan mal en sus casas. Pero los jóvenes a cimentar su Fe en Jesucristo, a cimentar su Fe en aquello que a veces no comprendemos que es el amor de Dios”.

Para concluir, Luis enfatizó la importancia de rodearse de buenas influencias, de personas que transmitan la Fe, no de personas que fomentan la droga y la violencia, y, además, invitó a los jóvenes a ser protagonistas de un cambio.  “Yo sé que estamos en un Chile sin esperanza, que a veces no comprendemos qué es lo que pasa, pero te invito, a que con esa juventud que tienes puedas hacer tú el cambio, porque podemos hacerlo, desde nuestro liderazgo, desde nuestros dones que Dios nos dio. Nosotros también podemos cambiar este mundo, cambiar este Chile actual y, sobre todo, cambiar aquello que es de nuestro propio corazón: la Fe y encontrarnos con Jesús”.